jueves, 28 de junio de 2012

La llorona

-¡¡¡Hay mis hijos, que será de mis hijos!!!- este es el conocido lamento de la llorona, la cual aparecía a media noche en la Ciudad de México cuyos habitantes se encerraban al escuchar el toque de queda en la catedral.
Al oír ese angustioso lamento, lo único que quedaba era murmurar una oración mientras se sostenía un rosario, cruz o imagen. 
Estos gritos eran de ultratumba y se podían oír en toda la Ciudad de México.
Al parecer la leyenda cobró vida en el México prehispánico; se creía que la llorona era la combinación de tres diosas: Cihuacoatl (la mujer serpiente), Teoyaominqui (vigilante de las almas muertas) y Quilatzli (madre de gemelos). Se cuenta que esta diosa vagaba por las noches vestida de blanco y siempre gritando por la pérdida de sus hijos, y según se cree, la diosa presagiaba desgracias y muerte.
Sin embargo fue durante la época de la colonia que esta leyenda tomó más fuerza, se decía que era una mujer a la que había abandonado su esposo, entonces la mujer llena de furia asesinó a sus hijos y al darse cuenta del terrible acto que había hecho, se suicidó quedando condenada a lamentar la muerte de sus hijos.
También se decía que el espíritu era de Doña Marina (mejor conocida como la Malinche) que todas las noches salía a penar y a pedir perdón por traicionar a su pueblo.
Hay distintas versiones sobre esta leyenda, algunos dicen que la llorona ahogó a sus hijos en el río, que los apuñaló... incluso hay quien dice que jamás se suicidó sino que en vida y en la muerte ella se condenó a vagar por las calles por la muerte de sus hijos... y hace algunos años, en algunas colonias todavía se contaban historias acerca de mujeres a las que se les morían sus hijos en algún accidente o por descuido de la mujer, y la madre desconsolada recorría las calles llorando y rogando que les regresaran a sus hijos.

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